Hasta hace un tiempo, yo tenía de todo lo que
se podía pedir: unos padres maravillosos, mis padrinos —que eran tus padres— y
tú, lo más lindo que me podía pasar en los últimos días. Pero de a poco se
empezaron a marchar… para siempre.
Primero fueron tus padres, en aquel choque de
trenes, tuviste suerte que no te pasara nada, más bien, suerte de salir vivo. Aquel
día tu hermano se quedó en mi casa jugando y tú, de terco, fuiste con tus
padres que no te querían llevar porque te aburrirías donde tenían que ir. Desde
aquel momento tu hermano no ha dejado de cuidarte.
Tiempo después se fueron mis padres —tus
padrinos—, que te dieron un hogar luego del accidente de los tuyos, tanto a ti
como a tu hermano los acogieron en nuestra casa.
Ahora, que ya han pasado unos cuantos años, te
vas tú, dejándome sola en el mundo. Yo sé que están mis hermanos, tu hermano,
nuestros amigos, pero ninguno de ellos se compara contigo. Nadie podrá llenar
el vacío que dejaste. No volveré a enamorarme, eso te lo prometo, aunque digan
por allí que no se puede evitar. Yo puedo, yo sé que puedo.
Es increíble pensar que hace tan sólo dos años
estábamos aquí, tú, mi hermano y yo. Tú y él acostados en el césped mientras me
columpiaba, ¿puedes creer que me tomó dos años volver aquí? Sí, ríete, pero
algunas cosas no son tan fáciles de olvidar, como lo que pasó aquí… como lo que
pasó aquí aquella noche, en aquella hermosa noche manchada con sangre,
¿recuerdas? El cielo completamente estrellado, unas preciosas constelaciones,
hasta que pasó lo que pasó. Si tan sólo…. Tal vez tú estarías aquí, que
importaba lo que me podría pasar a mí, si tan sólo…
Lo siento por no terminar la frase, pero
algunas palabras no me salen, en vez de eso aparecen las típicas lágrimas,
lágrimas de dolor, de rabia, de pensar que yo pude haberte salvado, pero no fue
así.
Lo siento si esta hoja está manchada, no es mi
intención, no puedo evitar llorar, al fin y al cabo soy una niña y no un niño
como siempre me dijeron, espero que la tinta azul de mi lápiz no manche tanto,
ni se corra demasiado para que esta carta quede bien. ¿Te darás el tiempo de
leer esto? Yo creo que sí, siempre lo tuviste para mí, y sea donde sea que
estés ahora, sé que estás bien, que me ves a cada instante, sé que estás junto
a mí cuando camino, cuando río, cuando lloro, cuando peleo con tu hermano o
cuando molesto a los míos. Te siento en cada momento del día, desde que abro
mis ojos por las mañanas hasta que los cierro antes de dormirme, aún te amo.
Un regaño me espera cuando vuelva a casa, lo
sé, tengo prohibido salir sola, como bien lo sabes, por cualquier cosa que le
pueda pasar a una chica como yo con gente como la que existe. ¿Pero qué se hace
si necesitaba estar sola? Sola contigo y poder sentirte, con el suave viento
que corre en esta época del año, frío pero agradable para mí. Ya sabes que me
encanta el invierno, es mi estación del año preferida. Lo que me recuerda,
nunca fuimos a la playa, no conociste el mar, sólo te quedaste con esos
fotomontajes que hiciste con mi hermano. ¿O será que acaso ahora puedes ir a
cualquier parte y lograste al fin dejar tus pies sobre la suave arena? ¿Qué se
siente? Espero ir algún día… Al final me contagiaste tu amor por el mar…
Pero bueno, los motivos por los que escribo
esto son otros…
Necesitaba un momento de soledad, junto a ti y
el lugar donde todo ocurrió, necesitaba pedirte disculpas por no poder cumplir,
hasta ahora, con lo que te prometí, sé que en esta carta volví a prometerte
algo, pero esta vez sí lo cumpliré; y lo otro lo estoy intentando.
Necesitaba un momento para poder pensar en todo
lo que pasó, en todo lo que pasa, en todo lo que tengo y en todo lo que tenía, hasta el día de ayer….
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Me vas a dejar tu opinión?
Los comentarios no son moderados, aparecerán apenas lo envíes, pero si faltan el respeto o son dañinos hacia alguien en especial o la que escribe, será borrado o contestado, todo depende de los ánimos de quien responde.
Intentaré responder los comentarios apenas pueda.
¡Muchas gracias por opinar!